Es la sangre del desierto
la que seca los ríos de esperanza
No son dos, ni cuatro, ni doce los muertos…
Esta mañana han sido veinte
se quedaron dormidos en el sueño del injusto
contra los muros de Fe y Vida
de todos los injustos que comen en bacinicas de plata y droga
Andamiaje de sal y tierra
de coraje
de tumultuarios gritos acallados por la voz del fuerte
Esta mañana han sido veinte…
no supieron quiénes portaban los fusiles
olvidaron quiénes extraviaron el rumbo
y se enlodaron
Mendicidad humana
mendicidad de las almas
que se fugan en silencio cuando llegan las balas
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