septiembre 08, 2008

Y si en verdad no volviera a verte...



La mayoría de las veces damos por hecho que al día siguiente encontraremos a aquella persona que tanto nos agrada o nos interesa. Que le volveremos a ver cuando queramos. Que tendremos de nuevo oportunidad de decirle lo que no nos atrevimos a decir ahora.


Resulta que nadie tenemos la vida segura. De hecho, eso es lo único seguro: absolutamente nada.

Pasamos cada momento creyendo con arrogancia que el tiempo nos pertenece, que podemos emplearlo como se nos venga en gana. Pensamos que disponemos de toda una vida para tomar decisiones, asumir actitudes y definir proyectos sobre las personas mismas que nos hemos encontrado en el camino de la vida.


Pero el tiempo no nos pertenece. El tiempo dispone de nosotros y nos toma por sorpresa, cuando menos le esperamos, viene y lo cambia todo.


Hoy que lo que menos tenemos es tiempo, es preciso decir lo menos por lo más y hacer mucho más de lo bueno que merecen otros y nosotros mismos.


Decir lo que sentimos; expresar lo que deseamos; tomar la decisión que anhelamos e insistir en la lucha por alcanzar nuestros más preciados sueños. Por qué no... ¿Y si no te volviera a ver? ¿Si en verdad el tiempo lo cambiara todo y me alejara del viaje? Entonces habría valido la pena decir todo con el corazón y mirándote a los ojos... Por lo demás el tiempo lo acomoda todo, incluso, lo que mis labios dijeron de más y lo que hicieron mis brazos para alcanzarte de nuevo en un maravilloso encuentro, por si acaso, en verdad no volviera a verte...