agosto 16, 2008

UNA NOCHE DE LUNA


Dicen que todos los seres humanos solemos buscar el silencio, los enigmas y la seducción de la luna. Ese majestusoso satélite que refleja la luz sobre las almas de quienes la admiran.

La luna es cómplice en esa búsqueda del misterio.
Cautiva, emociona, atrapa.
Motiva osadías y susurra al oído con ternura palabras nuevas en el arte de amar.
La luna invade, dirige, transforma vivencias sencillas en auténticas razones de existencia.

La luna, esa que invita a la reflexión y, a veces inevitablemente a la emoción de cálidos recuerdos.

La luna, ineludiblemente ligada a la noche... A la pasión que reconforta, al refugio de abrazos tiernos y besos dulces, aquellos que convierten una noche cualquiera en la más intensa e inolvidable de las experiencias.

No hay comentarios: